miércoles, 29 de abril de 2009

Diario de una casa encantada( Parte 2)


26 de marzo
Cada vez me encuentro peor aquí.
Sobre todo desde lo de la otra mañana.Era muy temprano, casi no había amanecido, y me desperté.
Después ,me dí cuenta al minuto siguiente, de que lo que me había desvelado era el llanto de un niño.
Parecía venir de fuera, así que me levanté extrañada y abrí la ventana.
La finca estaba oscura, el cielo parecía de tormenta y el viento movía las hojas de las vides, pero no ví a ningún niño.
Mamá me dijo más tarde que el viento,al ulular, puede parecerse a muchas cosas.Y yo no se lo discutí ,pero al día siguiente volví a oírlo, y corrí a despertarla, y tiré de ella hacia el balcón.
Hacía frío, y nos cruzamos las chaquetas sobre el pecho.
Ella dijo ``Pero si no hay nada ´´, bostezando, y yo traté de escuchar el llanto por encima del viento, pero no lo conseguí, se había apagado.
28 de marzo
Estoy casi segura de que lo que he visto es real, aunque nadie me crea.
Al amanecer, el niño volvió a llorar.Yo había dejado un abrigo a los pies de mi cama, y en cuanto desperté, me lo eché sobre los hombros, y bajé con sigilo las escaleras.
La puerta es muy pesada, y me costó mucho abrirla.Los goznes chirriaban.
Aún estaba oscuro, sólo unos hilillos de sol iluminaban el campo.
El llanto provenía de la parte de atrás de la casa, así que lo seguí.
Y justo al doblar la esquina, lo vi.
Un pequeño bulto en el suelo.Moviéndose.
Me acerqué extrañada,¿como era posible que hubiese un bebé allí, en el suelo,y que llevase llorando varios días...?Y lo más raro de todo...¿Por qué nadie lo había escuchado?
El viento removió la manta que lo envolvía, y un mechón rojo fuego asomó sobre la tela.
Pelirrojo.Como yo, como papá.
Quise subir a avisarles, pero no podía dejar a aquel niño allí solo, al frío.
Así que me acerqué y alargué la mano para tocarle.
Y no me creereis, pero...
El bebé desapareció, y justo cuando iba a sujetar la mantita, un golpe de viento se la llevó volando.
Papá me dió un susto de muerte agarrándome por los hombros.¿Que haces aquí fuera?preguntó enfadado.
Había un niño...justo ahí...dije señalando el suelo, donde sólo quedaban unas hojas secas formando remolinos.
Papá me miró sorprendido.
Deja de inventarte cosas, gritó .
Quise defenderme, pero me llevó a casa casi a rastro.
2 de abril
Papá me observaba de reojo en la comida.Casi diría que estaba enfadado.Le pregunté si podría ir a la escuela del pueblo el año que viene y me contestó que tendría mi propia profesora en casa.
Entonces sentí ganas de llorar y busqué a mamá con la mirada, pero ella la tenía fija en su plato.
Apenas habla últimamente, y dice que la barriga pesa demasiado.
Quería contarle lo del bebé que vi esta mañana,pero supongo que no me creerá.
Esta tarde ha venido una mujer del pueblo para ayudar con la limpieza.Tiene el cabello gris,y los ojos oscuros,tristes.La he oído decir al llegar, que sólo ha aceptado venir porque necesita el dinero.Que esta masía esta maldita.Y entonces he sentido un escalofrío.
Luego, he esperado a mamá en el salón, he dispuesto todas mis muñecas alrededor de los pocillos, esperando nuestra sesión de té,pero mamá no ha bajado.


lunes, 27 de abril de 2009

Diario de una casa encantada( Parte 1)


Hola a tod@s

Hoy empecé a darle vueltas en el trabajo a una nueva historia.

Como creo que va a salir un poco larga la dividiré en varias partes, no sé cuantas porque cómo ya expliqué en un post de hace un tiempo, yo voy sobre la marcha.

Un besito y gracias por acompañarme.
20 de marzo de 1938
Estoy triste.Sé que papá me pidió que tratase de sonreir, pero no puedo.Veo que mamá llora en el espejo retrovisor y eso todavía me apena más.
Recorremos en coche el largo camino hasta la masía de los abuelos, adonde papá ha insistido en llevarnos para escapar de los bombardeos en Barcelona.
Hasta hace poco, permanecía abandonada.La abuela murió el año pasado y papá la heredó, pero mamá odia el campo y si no fuese por la guerra, la hubiese vendido hace mucho.
Sin embargo,nos vamos a vivir allí, y papá me ha convencido para que escriba un diario por no aburrirme.Así que, aquí estoy ,intentando no torcer los renglones, aunque el coche traquetea demasiado.
Ni mamá ni yo hemos pronunciado ni una sola palabra en todo el camino.Yo siento un nudo aquí, en la garganta.
Papá conduce deprisa y cuenta las maravillas que el aire fresco obrará en nosotras, y sobre todo, en mi futuro hermanito.Mamá sólo se limpia las lágrimas. Es que estás muy sensible con el embarazo,le dice papá,y ella niega con la cabeza,y responde que la masía está demasiado aislada, que nunca volverá a ver a sus amigas del Club Social, y que no es mujer de campo.
Este viaje me da sueño.Voy a dejar de escribir un rato.
21 de marzo
Mi cuarto es grande y hace mucho frío, a pesar de que papá llenó de troncos la chimenea, e hizo un buen fuego antes de acostarme.Huele todo a rancio, y no quiero guardar mis vestidos en ese viejo armario apolillado.
Me costó mucho dormirme anoche, puede que cenara demasiado.
Y esta mañana ,papá me ha dicho que a partir de ahora no tendremos servicio, y que tengo que empezar a bañarme y vestirme sola...No es que me preocupe eso,casi lo prefiero, pues Agata me tiraba mucho del pelo al hacerme las trenzas, pero...no me gusta este sitio.A mamá tampoco.Ha insistido en retirar un retrato de la abuela del salón, insistiendo en que le daba escalofríos.
Mamá y la abuela nunca se llevaron bien.A la abuela no le gustaba como nuera.Decía que su familia no era lo bastante importante.
He calculado el tiempo que me llevaría bajar al pueblo, y creo que tardaría varias horas, la masía está en lo alto de una colina, rodeada de viñedos, ahora yermos, y sería un camino agotador.
Así que escribo mi diario y juego con mis muñecas.
22 de marzo
He tenido una pesadilla, no quiero dormir aquí sola.
Intenté hablar con papá pero dice que ya tenemos muchos problemas y que tengo que adaptarme.
En mi sueño, los árboles del jardín estiraban sus ramas, abrían las contraventanas y me arañaban las piernas.Mamá me ha despachado con un ``deja de fantasear´´, y ha seguido revolviendo su té.
A las cinco en punto, se arregla y nos sirvé un té, como solía hacer en la ciudad.
Yo siento a todas mis muñecas en la mesa, y jugamos a que estamos en el Club Social poniéndonos al día de los cotilleos.
Papá ha vuelto a colgar el inmenso retrato de la abuela sobre la chimenea del salón.Dice que no se puede molestar a los muertos.Así que sus ojos verdes, rasgados, nos miran a todas horas desde la pared.Siempre me dió miedo la abuela, sus manos huesudas, su piel fría.
No la mires, me susurra mamá, repartiendo terrones de azúcar en nuestras tacitas.
Y eso es lo que intento,pero cada vez que paso noto su mirada glacial,clavada en mi nuca,y el vello de los brazos se me eriza, como le pasa a los gatos cuando están asustados.

miércoles, 15 de abril de 2009

Mi infancia


Mi madre haciendo croquetas en la cocina.Un domingo en la playa bajo una enorme sombrilla de flores azules.Una casa de muñecas con el tejado rosa.Jugar al escondite en la calle hasta hacerse de noche.Ver el ``Un, dos,tres´´ recién bañado, apostando a ver quien se queda dormido primero.Mi abuelo escondiendo caramelos en un seto del parque.Tres anoraks de color kaki volviendo de la escuela un jueves lluvioso.El tarro de canicas de mi hermano.La bola de cristal y Barrio Sésamo.Libros viejos,soñados,desgastados por el uso.Unas horribles botas amarillo-yema que estaban de oferta en un cajón.Un mantel de cuadros blancos y rojos para la cena de Nochebuena.La odiosa señorita Genoveva,dominando la clase detrás de su gigantesca mesa.Unas galletas untadas de mantequilla para el recreo en una bolsita de tela.Nancy y Pin y Pon.Un sofá de cuero granate.Papeles pintados con formas imposibles.Mi abuela regando las plantas en verano,el olor de la tierra y el cemento mojados.Un ramito de calas del patio para la Comunión y unas sandalias que apretaban demasiado.Cumpleaños llenos de gente.Mi prima Cris llevándome de excursión por El Corte Inglés.Una butaca roja para guardar zapatos.El flautista de Hamelin en el radio-cassette una mañana de sábado.Phoskitos.Un tebeo de La aldea del Arce.Platos de Duralex verde.Domingos de patatas amarillas con carne.Mi abuelo llevándome a misa a rastras.La brillante luz del verano.Mis hermanos y yo,rodeados de millones de campanillas floreciendo en primavera como una explosión incontrolable.Un coche color crema tapizado de granate.Dibujos animados y un polo de naranja.

martes, 7 de abril de 2009

No sé por qué lo hice

No sé por qué lo hice, no me lo pregunteis.
Supongo que la idea se despertó conmigo, esta mañana...y había pasado muy mala noche, dando vueltas, tratando de recordar las palabras del psicólogo ese de mierda, sin pegar ojo,sudando...
Y traté de sacármela de la cabeza mientras llenaba de agua la cafetera,mientras me ataba los cordones, incluso mientras buscaba el cuchillo en el cajón, de verdad,lo intenté ...
Pero llevaba esa idea pegada,como papel matamoscas, ya no podía pensar en otra cosa.
Así que me subí al autobús, y joder, toda esa gente empujando,todavía me puso más nervioso,aquella señora protestando porque le había pisado el pie...me faltó un pelo para clavarle el cuchillo a ella...quizá entonces se hubiese acabado la ira, pero como no lo hice, ésta creció hasta dejarme sin aire, hasta casi matarme...
La ira, esas paparruchas de lavacerebros.Tengo ganas de gritarle: ``A ver si tu ibas a soportar que un soplagaitas se folle a tu mujer en tus narices´´
Y el dirá, con esa voz de pijo, que ella ya no es mi mujer.
Joder, es que me dan ganas de romperle la cara...
Y entonces llegué al portal, y ¿sabeis?, vacilé un momento, os lo juro,y las manos me sudaban ,y se me resbalaba el mango del cuchillo.
Pero entonces, me la imaginé en nuestra casa, a saber con quien, revolcándose con otro en nuestro sofá, ya, que seguro que se tira a su jefe y se lo trae a casa, y yo, yo no puedo acercarme a ella, joder,¿quien lo dice?...
Y subí la escalera, y timbré, y ella me abrió ,y vi el miedo en sus ojos, y me pidió que me fuera, pero no echó la cadena, porque para algo soy el padre de su hijo,y estuvimos quince años juntos, y yo sé que va a volver,y yo sólo vengo a hablar, y el cuchillo...lo traigo, pero no voy a usarlo...y ella me mira y casi llora y me vuelve a decir que me vaya, y eso es porque seguro que tiene al machaca esperándola en la habitación, y por eso ella lleva sólo un pantalón corto y una camiseta...y la empujo,y la echo al suelo,y acabo clavándole el filo,y su carne es blanda, y mis manos tiemblan...Y mi hijo, mi hijo está en la puerta del salón, inmóvil,como un muñeco...
Volví a casa, corriendo,con las manos húmedas,la ropa sucia, todos me miraban... me encerré en el piso, ahora estoy intentando que la cabeza deje de dar vueltas.
Les oigo llegar, están abajo, esas sirenas vienen por mí.
¿Sabeis?No sé por qué lo hice.Ya casi no la odiaba, pero no quiero estar solo,ella sabía que no quería que me dejara, que no soporto llegar y ver la casa vacía, joder...ella lo sabía, por eso es culpa suya.

viernes, 3 de abril de 2009

Cambios en el blog

Como vereis los que acostumbrais a visitar esta página, he cambiado el título del blog y eliminado algunas entradas.
¿Por qué?
Porque cuando empecé a escribirlo no tenía muy claro que corte iba a tener, y como poco a poco se ha ido definiendo de otra manera y siendo menos personal y más ficticio, decidí borrar algunos post del principio y dejar sólo los cuentos y algunas cosillas .
Bueno, pues una vez aclarado esto, os vuelvo a dar las gracias por rondar estos lares y sobre todo por vuestros comentarios.
Un beso.
Ah, a los que sé que me leeis y no escribís nada, que sepais que ``revolviendo´´ un poco he encontrado la opción para que podais manifestaros sin pertenecer a Blogger, así que ya ho hay excusas.
Chao y hasta la próxima

miércoles, 1 de abril de 2009

Relato con dragones 3 y final


Su vista se deslizó acantilado arriba, sobre la escarpada roca.Gotas de agua procedentes de la cascada le salpicaron el rostro.
Estoy perdido, pensó, desesperado al no encontrar el fin del desfiladero.Tendré que buscar algún lugar por el que subir, la ,manera de rodearlo y eso me llevará demasiado tiempo.
Y por primera vez en muchos años, lloró.
Debieron pasar algunos minutos, mientras trataba de recuperarse del desánimo, cuando escuchó algo.Una melodía tal vez...Un susurro...
Levantó la vista y descubrió una figura tras la cortina de agua.
El susto le aceleró los latidos y se puso en guardia sacando su puñal del petate.
La silueta, alargada, pálida,le hacía gestos con una mano borrosa.Parecía una mujer, aunque era imposible saberlo con certeza desde aquella distancia.
-Por aquí..-silbó la melodía convertida en palabras, dulce,hipnotizante...y él se irguió como lo hace una cobra en la cesta de su encantador.
Las piernas cobraron vida propia y caminaron en dirección a la cascada.
Efectivamente, era una figura femenina, y reconoció su rostro como aquel que le había guiado bajo el agua del río.
-Por aquí...-dijo, perdiéndose tras la cascada, y el viajero atravesó el agua, y descubrió una gruta fría y oscura.
La mujer corría tan deprisa que le resultaba agotador seguirla.Tan sólo la estela de su largo cabello rubio le permitía saber hacia que lado había girado dentro de los húmedos pasadizos.
El eco de su melodía rebotaba entre aquellas paredes, y sintió como se erizaba el vello de sus brazos.
La criatura sobrenatural ascendía a velocidad de vértigo, y sus pasos resonaban con un gelatinoso clap,clap.
Tras media hora recorriendo la gruta, percibió ,entrecerrarndo los ojos, el débil resplandor del sol anaranjado del atardecer.
Se abalanzó hacia la salida, exhausto pero visiblemente aliviado.
Antes de franquearla, se volvió para buscar a su salvadora, aunque en medio de aquella oscuridad sólo distinguió dos refulgentes ojos verdes, agazapados en una esquina.
-Gra...gracias.-susurró.
Y entonces ella dió un paso, y la delicada luz del ocaso descubrió su piel pálida, ligeramente verdosa, y su cabello cubierto de algas.
El hombre nunca había oído hablar de aquel hermoso ser acuático.
Y salió a la luz, feliz de sentir el calorcito en su cuerpo helado.
Pero su suerte había terminado justo al poner los pies de nuevo en el bosque.
El dragón con el que se había topado nada más llegar, descansaba a pocos metros de la entrada de la cueva.
Parecía distraído, resoplando y soltando pequeñas nubes oscuras por los agujeros de la nariz.
El viajero se echó junto a una frondosa morera.Era prácticamente imposible pasar por su lado sin ser visto.
¿Que podía hacer entonces?El tiempo se acababa y la noche tardaría poco en echársele encima...Aunque tal vez ,esa fuese la solución...esperar a que la oscuridad le permitiese salir de su escondite.
El dragón olisqueó el aire, escrutó su alrededor y rugió.El viajero se acurrucó bajo las hojas.
El sol tardó demasiado en ocultarse,pues ya estaba mediado el verano, y cuando lo hizo,el hombre comprobó, confortado, que ésa iba a ser una noche oscura, pues nubes del color de la ceniza se desparramaron sobre el cielo añil, ocultando la luna y las estrellas .
El dragón apoyó la cabeza sobre sus patas cruzadas y emitió un suspiro cansino.Después, lentamente, sus enormes párpados cubrieron sus ojos.
El hombre se deslizó.
Respiración imperceptible, pasos largos, suaves, sin rozar ni una sola brizna de hierba,a favor del viento, para que éste no transporte nuestro olor... como cuando era niño, y su padre le enseñaba a cazar ,a mimetizarse con el bosque.Recordó con desesperación aquellas ancestrales enseñanzas.
Observó las escamas irisadas del mágico reptil, sus letales garras,la piel oscura de sus alas plegadas, la cresta que cubría su espalda y desembocaba en su poderosa cola.
Si sólo hiciese un ruido leve ahora...si se despertase....no, no pienses en eso, sólo concéntrate en caminar despacio, en ser invisible, como cuando acechabas alguna manada de ciervos...
Y en cuanto se vió preventivamente a salvo, corrió como nunca lo había hecho, recobrando fuerzas de flaqueza ,impulsado por el terror de verse convertido en cena de dragón.
La secuoia,colosal, amenazante seguía plantada a la vera del camino, pero...¿no habían cambiado sus ramas de posición y algunas se inclinaban hacia el cielo, como si...como si tratasen de cerrarle el paso?
Las atravesó y aulló de dolor al recibir sus profundos arañazos en brazos y mejillas, pero no se detuvo, pues la tierra parecía temblar bajo la fuerza de unos titánicos pasos a unos metros detrás de él.
Y todavía escuchaba los rugidos furiosos cuando, a varios kilómetros de la frontera de la Tierra de los Dragones, se detuvo a coger aire, extenuado, y tembloroso , con el macuto en el que portaba la preciada planta, agarrado contra el pecho.