sábado, 18 de julio de 2009

Microrelato : Metáfora de un mal día


Imaginad un pequeño pueblo azotado por la venganza líquida de una tormenta.
Imaginad que hay una mujer con la nariz pegada al cristal de una pequeña casa, casi colgada al borde de un acantilado.Las gotas martillean el tejado con furia.
El mar ruge, se aremolina en olas verdes con las crestas rizadas del color de la ceniza, casi se funde con el gris del cielo, con los jirones negros de las nubes desgarradas.Apenas un rayo de sol, débil, blancuzco, consigue colarse por una grieta de la oscura bóveda celeste y deslizarse hasta rozar la superficie inquieta del agua.
Imaginad como los rayos golpean el horizonte y las descargas de luz parecen hacer explotar el tormentoso paisaje.
Y la mujer se siente atrapada, impotente, y reza para que su casa no sea arrancada del precipicio por la fuerza del viento que trastea contra las maltrechas paredes y aúlla por debajo de las puertas.
No os preocupéis que no he tenido ningún mal día, pero se me ha ocurrido que alguna vez he sentido algo muy parecido a esto .¿Nunca os ha pasado?.
Un besito a tod@s

6 comentarios:

  1. ¡Hola, Rocío!

    Qué alegría poder saborear un relato tuyo :) y saber que no te sientes así porque al principio he pensado que tú habías tenido un mal día...

    Está muy bien escrito...

    Metafóricamente hablando sí que me he sentido así... prisionera, sin saber cómo hacer para resolver un problema... pero, por suerte, suelo ver el lado positivo de mi vida pronto... y trato de actuar para poder salir adelante... Funciona el pensar... al final todo se pasa y se pasa bien... y cuando lo que me ocurre es algo a nivel sentimental he de reconocer que me cuesta más pero pienso... de todo se aprende...

    Y para que veas cómo he reaccionado a tu post te diré que al principio he pensado en la desgracia del camping de Biescas (en el pirineo aragonés) hace unos años... y me he puesto muy triste... pero después me he acordado de Ponyo, de la película Ponyo en el acantilado y no he podido evitar acordarme de ese "A Ponyo le gusta Soshuke" tan gracioso...

    Te paso el link del trailer de la película para que lo veas...

    http://www.youtube.com/watch?v=7Xz5jaS9N7s

    La frasecita que te digo sale al final, en el minuto 1:27 más o menos...

    Un besito, guapa!!

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  2. Hola Noe ,voy a pinchar ahora mismo el enlace.Has hablado de esa pelícua, pero no la he visto.Me hace gracia que te hayas acordado de ella leyendo algo tan tétrico

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  3. La verdad es que yo también me sorprendí... porque al principio tuve que dejar de leer el relato pensando en el desastre acontecido hace unos años en Biescas pero... de repente me acordé de Ponyo en el acantilado... Justo ahora he leído en este blog
    http://misojosmisoidosmisdedos.blogspot.com/2009/07/ponyo-en-el-acantilado.html

    "en la que los momentos trágicos son dulcificados con un sentimiento naif de optimismo". Tal vez me transmitiera ese sentimiento naif de optimismo... no sé... me da la sensación de que soy demasiado infantil...

    Un besito!!

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  4. Genial el relato... supongo que en algún momento todos hemos sentido esa impotencia, estar atados de pies y manos sin poder hacer nada para evitar algo que escapa a nuestro control.


    Voy a curiosear un poco el resto de relatos que tienes en tu blog.


    Saludos,
    MaiV.

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  5. Hola Maiv, bienvenida al blog,gracias por pasarte, me voy a dar una vuelta por el tuyo

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  6. A veces yo tb creo que el cuerpo de uno mismo es cómo una casa, levantada en una isla, que sobreviviera malamente a las tormentas (y las calmas!) que rugen abajo o alrededor....

    un saludo

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Han pasado y han dicho