martes, 6 de enero de 2009

Un niño triste


Cuando yo tenía unos ocho años, a la vuelta de las vacaciones de Navidad, la profesora (tengo mucho que contar sobre ella y poco bueno), nos preguntó que nos habían traído Papá Noel y los Reyes,así que fuímos uno por uno, enumerando los regalos.(Por esas épocas, ya sólo quedaban uno o dos que no hubiesen descubierto el secreto,y mi madre se andaba con pocas vueltas)
Cuando el turno le tocó a Luis, un niño que acudía siempre sucio ,despeinado y con los zapatos rotos a la escuela, cúal no sería mi sorpresa ,cuando ,con una misteriosa sonrisa muy habitual en él, comenzó a desgranar su increíble tesoro navideño.
-Pues profe, a mí me han traído una bici, una consola, un ordenador con un montón de juegos, ropa nueva,una tele,el barco pirata y el fuerte de los clicks.
Cuando llegué a casa, se lo conté a mi madre, sorprendidísima.
-¿Te puedes creer, mamá, que el niño ese que vive en esa casa tan vieja subiendo la avenida ,ha tenido más regalos que nadie?Lo ha contado en clase.
Mi madre sonrió con tristeza y sólo dijo.
-Pobrecito.
¿Pobrecito?pensé yo, sin dar crédito.Estaba visto que sus padres debían tener mucho dinero, aunque no lo pareciese.Y vaya respuesta más extraña la de mi madre.
La verdad, siempre he sido muy ingenua, todavía lo soy, y sólo años más tarde, me detuve a pensar en aquello con detenimiento.
Seguramente ,Luis nunca había tenido una Navidad como los demás niños, su mirada adulta, madura, denostaba que hacía mucho tiempo que le había abandonado el último soplo de inocencia,y había aprendido a sobrevivir entre todo aquello, como mejor podía.
Me pregunto que habrá sido de él...
Espero que la vida, por una vez, haya decidido ser justa.

1 comentario:

Han pasado y han dicho