martes, 10 de marzo de 2009

Mi abuela tiene ojos de muñeca



Casi no la recuerdo como era.
Sé que está escondida en alguna parte, detrás de eses ojos azulados y vidriosos, que ven pero no miran.Que ni mucho menos ya observan.
Le hago la misma pregunta todos los lunes, mientras le pongo el camisón.
-¿Sabes quien soy?
Entonces ríe bajito y me contesta.
Algún lunes dejará de decir la respuesta correcta.Siempre pienso que será el siguiente.
Trato de hacer memoria sobre cúal fué nuestra última conversación.
Hace mucho que repetía las mismas frases, que la atosigaban las mismas manías.
``La abuela dice unas cosas...está pesadísima siempre con los mismos temas...´´
Ya se marchaba...ya se alejaba...pero tan poco a poco...
Y luego tan de repente...
Ahora coge su autobús, a las once,se sienta junto a la ventanilla, con otros abuelos a los que también se les ha fundido algún fusible. Van en silencio, cada cual buceando en su propio mundo.
Y luego pasan el día sentados, pintado,haciendo un collar de macarrones...
Con lo que a tí te gustaba manduquear ,siempre de la zeca a la meca.
Y que cosas!
Ahora la espera mi abuelo, con el que casi nunca salía a dar un paseo, con el que se cruzaba dardos envenenados durante la comida del domingo, con el que nunca se sentaba a ver la tele...
Vienen caminando del brazo, despacito.
La miro a sus ojos de muñeca.
-¿Sigues ahí?¿Te acuerdas de cuando tú me compraste la guitarra porque mi padre no quería?
-No.
Y sigue leyendo en voz alta los titulares del telediario.Sin moverse un ápice.
-``Un hombre salva la vida al caer de un tercer piso y...´´
-Abuela... que si te acuerdas...
-``gracias a los servicios de urgencias...´´
Abuela, no me despedí de ti.
Perdóname por no haberlo sabido.
Me hubiera gustado haber charlado más contigo, haber tenido menos prisa, y más paciencia.
Haberte dedicado un rato,escuchar tus historias sin mirar de reojo el reloj.
Me gustaría que supieras, cómo te echo de menos.

4 comentarios:

  1. Estaría bien que nos acordásemos de decir esas cosas a los que nos rodean cuando podemos y no cuando es demasiado tarde.

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  2. Yo no creo que todo termine resignándonos a la enfermedad. Sólo es éso, tiene una cura, solo que aún no se conoce. Tengamos paciencia, igual cuando la descubran no es tarde para que puedas hablar con tu abuela, y recordar...

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  3. Yo en el trabajo a moco tendido y se le da a la gente por venir a preguntar si pagué la factura o la otra. ¡que mal rato!

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  4. Es el mal de nuestros tiempos, un tristeza la verdad. Bueno habra que conformarse con ver que ella no subre y esta bien atendida.

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Han pasado y han dicho