miércoles, 1 de abril de 2009

Relato con dragones 3 y final


Su vista se deslizó acantilado arriba, sobre la escarpada roca.Gotas de agua procedentes de la cascada le salpicaron el rostro.
Estoy perdido, pensó, desesperado al no encontrar el fin del desfiladero.Tendré que buscar algún lugar por el que subir, la ,manera de rodearlo y eso me llevará demasiado tiempo.
Y por primera vez en muchos años, lloró.
Debieron pasar algunos minutos, mientras trataba de recuperarse del desánimo, cuando escuchó algo.Una melodía tal vez...Un susurro...
Levantó la vista y descubrió una figura tras la cortina de agua.
El susto le aceleró los latidos y se puso en guardia sacando su puñal del petate.
La silueta, alargada, pálida,le hacía gestos con una mano borrosa.Parecía una mujer, aunque era imposible saberlo con certeza desde aquella distancia.
-Por aquí..-silbó la melodía convertida en palabras, dulce,hipnotizante...y él se irguió como lo hace una cobra en la cesta de su encantador.
Las piernas cobraron vida propia y caminaron en dirección a la cascada.
Efectivamente, era una figura femenina, y reconoció su rostro como aquel que le había guiado bajo el agua del río.
-Por aquí...-dijo, perdiéndose tras la cascada, y el viajero atravesó el agua, y descubrió una gruta fría y oscura.
La mujer corría tan deprisa que le resultaba agotador seguirla.Tan sólo la estela de su largo cabello rubio le permitía saber hacia que lado había girado dentro de los húmedos pasadizos.
El eco de su melodía rebotaba entre aquellas paredes, y sintió como se erizaba el vello de sus brazos.
La criatura sobrenatural ascendía a velocidad de vértigo, y sus pasos resonaban con un gelatinoso clap,clap.
Tras media hora recorriendo la gruta, percibió ,entrecerrarndo los ojos, el débil resplandor del sol anaranjado del atardecer.
Se abalanzó hacia la salida, exhausto pero visiblemente aliviado.
Antes de franquearla, se volvió para buscar a su salvadora, aunque en medio de aquella oscuridad sólo distinguió dos refulgentes ojos verdes, agazapados en una esquina.
-Gra...gracias.-susurró.
Y entonces ella dió un paso, y la delicada luz del ocaso descubrió su piel pálida, ligeramente verdosa, y su cabello cubierto de algas.
El hombre nunca había oído hablar de aquel hermoso ser acuático.
Y salió a la luz, feliz de sentir el calorcito en su cuerpo helado.
Pero su suerte había terminado justo al poner los pies de nuevo en el bosque.
El dragón con el que se había topado nada más llegar, descansaba a pocos metros de la entrada de la cueva.
Parecía distraído, resoplando y soltando pequeñas nubes oscuras por los agujeros de la nariz.
El viajero se echó junto a una frondosa morera.Era prácticamente imposible pasar por su lado sin ser visto.
¿Que podía hacer entonces?El tiempo se acababa y la noche tardaría poco en echársele encima...Aunque tal vez ,esa fuese la solución...esperar a que la oscuridad le permitiese salir de su escondite.
El dragón olisqueó el aire, escrutó su alrededor y rugió.El viajero se acurrucó bajo las hojas.
El sol tardó demasiado en ocultarse,pues ya estaba mediado el verano, y cuando lo hizo,el hombre comprobó, confortado, que ésa iba a ser una noche oscura, pues nubes del color de la ceniza se desparramaron sobre el cielo añil, ocultando la luna y las estrellas .
El dragón apoyó la cabeza sobre sus patas cruzadas y emitió un suspiro cansino.Después, lentamente, sus enormes párpados cubrieron sus ojos.
El hombre se deslizó.
Respiración imperceptible, pasos largos, suaves, sin rozar ni una sola brizna de hierba,a favor del viento, para que éste no transporte nuestro olor... como cuando era niño, y su padre le enseñaba a cazar ,a mimetizarse con el bosque.Recordó con desesperación aquellas ancestrales enseñanzas.
Observó las escamas irisadas del mágico reptil, sus letales garras,la piel oscura de sus alas plegadas, la cresta que cubría su espalda y desembocaba en su poderosa cola.
Si sólo hiciese un ruido leve ahora...si se despertase....no, no pienses en eso, sólo concéntrate en caminar despacio, en ser invisible, como cuando acechabas alguna manada de ciervos...
Y en cuanto se vió preventivamente a salvo, corrió como nunca lo había hecho, recobrando fuerzas de flaqueza ,impulsado por el terror de verse convertido en cena de dragón.
La secuoia,colosal, amenazante seguía plantada a la vera del camino, pero...¿no habían cambiado sus ramas de posición y algunas se inclinaban hacia el cielo, como si...como si tratasen de cerrarle el paso?
Las atravesó y aulló de dolor al recibir sus profundos arañazos en brazos y mejillas, pero no se detuvo, pues la tierra parecía temblar bajo la fuerza de unos titánicos pasos a unos metros detrás de él.
Y todavía escuchaba los rugidos furiosos cuando, a varios kilómetros de la frontera de la Tierra de los Dragones, se detuvo a coger aire, extenuado, y tembloroso , con el macuto en el que portaba la preciada planta, agarrado contra el pecho.

3 comentarios:

  1. No es por ser mala, pero ese final... Qué corte de rollo

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  2. jaja
    si, voy a tener que hacer un final alternativo como en ``Sin tetas...´´
    en fin...

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  3. Bueno, te hice caso y quité el final...si es que yo me dejo aconsejar,¿ves?

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Han pasado y han dicho